Elizabeth Delgado Nazario
Sobre
Falla en el instante
puro, libro de poemas inédito.
La verdad es que nunca me han generado verdadero interés los
prólogos. Generalmente me los salto y comienzo ya la lectura del
autor elegido. Por eso no me molestaré si el lector decide
saltarse estas líneas. Sin embargo yo no me las puedo saltar, ya
que las estoy escribiendo, y además se trata de un breve
comentario provocado por el aprecio a los poemas de Carlos
Barbarito.
Hay poetas que son en la lectura y hay poetas que son en la vida.
El nombre de Carlos Barbarito me ha llegado desde varios ángulos
de mi entorno y en todos ellos ha habido poetas y amigos que nos
han unido cada vez más. Así pues, tal vez muchos concuerden
conmigo, el poeta Carlos Barbarito es en la vida. En la vida
amiga, la que siempre está atenta escribiendo y escribiendo, ya
sea para un simple saludo o para un memorable poema.
Sin duda la literatura argentina ha tenido y tiene maravillosos
textos, poemas, historias, vidas. Las letras argentinas han
llegado a varios países como olas, nieve o bruma, es una lluvia
realmente de oro. En toda esta vasta recopilación de autores y
en toda esta ebullición cultural que vive ahora Argentina nos
encontramos con los poemas y palabras de Carlos Barbarito. ¿Cómo
abordar su poesía, cómo hacerle un prólogo a ella, si ella misma
se explica? Los propios poemas de Barbarito se desenvainan, se
desnudan, posan, alimentan a sus lectores, como si fuesen entes
vivientes, al igual que lo hubiera tratado Felisberto Hernández
en algunos de sus cuentos. Por eso, bien me gustaría hacer un
acercamiento a la poesía de Barbarito a la manera de Julio
Cortázar, Carta en mano propia, un prólogo a las Novelas y
cuentos de Felisberto Hernández. Pero esto ya fue hecho de
manera excelente por Cortázar y entonces debo buscar otras
palabras.
Un aspecto esencial de los poemas de Carlos Barbarito es la
sencillez, él busca lo sencillo, no lo simple. Lo sencillo es lo
más difícil de decir. Bien tenemos el ejemplo del personaje
Funes el memorioso, creado por Borges, nombrar lo sencillo es
casi imposible. Sin embargo, el poeta Carlos nos acerca al
temblor de la sencillez de las imágenes: “Para matar basta con
un color, ocre o bermejo”, sí sólo basta eso, y nada más. ¿Acaso
creía usted que matar era más complicado? Los poemas de Carlos a
veces parecen explicarnos las cosas más complicadas de la vida
en un lenguaje acrobático, con la suspensión del peso, la
ligereza de un ave capaz de conquistarnos en el vuelo. Tal vez
los poemas de Barbarito se acercan al lector desde una retórica
sencilla debido a la imposibilidad de nombrar. Es decir, si la
poesía es un oficio de atrapar lo inaprensible por medio de las
palabras, en el mero instante, tal vez el más puro y por lo
tanto el más volátil, pues debemos usar las palabras también más
sencillas, las que la boca alcance a pronunciar ya que:
“Toda palabra, apenas pronunciada,
huye lejos, adonde nada ni nadie puede alcanzarla.
No importa cuánto se sepa.
Nadie sabe leer.”
Pero estas imágenes son capaces de encerrar bellas y profundas
verdades. Así nos advierte Barbarito sobre la necesidad continua
del poeta de seguir en la búsqueda. Y este mismo estado de
búsqueda nos conduce a imágenes muy cercanas a la lengua
pizarkniana. En algunos versos del poemario Falla en el
instante puro encontramos discursos como: “Un lenguaje al
que tal vez sólo yo conozca./O conozcan ciertos y raros
animales, los muertos”, sin duda la poeta argentina
Alejandra Pizarnik también toma el micrófono prestado algunas
veces en este poemario. Y todavía hay metáforas que manifiestan
la lectura de Pizarnik en este poemario, pues el poeta sabe bien
la importancia del color Azul en la obra de Alejandra y su
relación de éste con la locura, como lo expresa el siguiente
verso del poema Robert Lowell, aeropuerto de Ezeiza, 1962:
“¿Cómo luchar contra la locura,
dolor azul en ninguna y todas partes?”
También me interesaría señalar la relación de la poesía de
Carlos Barbarito con el arte, ya sea una pintura o una
fotografía. Sin duda sus poemas son sumamente visuales, a veces
hasta las enumeraciones funcionan como una descripción de algún
cuadro o fotografía pasada o reciente. Esta riqueza hasta cierto
punto plástica en los poemas de Carlos guarda cierta relación
con sus ensayos sobre arte y literatura. Carlos escribe ensayos
poéticos, nos acerca a una pintura como si fuese un poema, y
también nos acerca a un poema como si fuese un cuadro, como lo
notamos en la prosa poética Francis Bacon incluida casi al final
de Falla en el instante puro:
“Algunas gotas de tinta trazan muchas letras.
Un poco de plata dorada produce un hilo de longitud grandísima.
Un poco de azafrán basta para teñir un tonel de agua.
Un grano de algalia perfuma una enorme cantidad de aire.”
Así espero cerrar este prólogo para que no se lo salten por ser
extenso, pues ya es momento de disfrutar los poemas de Carlos
Barbarito.
.©
Elizabeth Delgado Nazario,
Cuernavaca, Morelos, México
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